Esta es una de esas situaciones en la vida donde puedes ver el vaso medio lleno o medio vacío…
Me iré por el lado del vaso medio lleno. No estar de acuerdo con tu padre, madre y/o cuidadorx sobre tu sexualidad es muy común, sobre todo en nuestra cultura latina, pero…quizá la situación sea una oportunidad.
Ya se, es super incómodo y frustrante, por decirlo de manera diplomática… A veces, en este tema -y otros relacionados con la sexualidad-, pareciera que unxs hablan chino y lxs otrxs español: imposible ponerse de acuerdo.
Lo más normal es que en algún momento en la vida lo que papá y mamá (y cuidadorxs) creen que es mejor para sus hijxs choque con lo que estxs piensan. Así que, a respirar profundo y tener paciencia. Al final, con sus ideas y creencias ya formadas tu madre y padre intentan guiarte en el proceso de crecer y aprender a tomar decisiones saludables y responsables: su objetivo es cuidarte.
El tema de la virginidad tiene muchísimos tabús y mitos dentro de nuestra cultura, además de ser un asunto de mucho peso en la religión católica (y otras). Por donde se le mire, es un tema largo y ancho, pero aquí quiero separar las creencias y la religión de los facts por un momento:
La virginidad y el himen:
La virginidad es más una idea cultural y religiosa que algo físico. En nuestra cultura y en muchas religiones se asocia con la "pureza" de la mujer. Notemos que en general, los tabús acerca de la virginidad no aplican a los hombres, pero este es otro tema que dejaré para después.
Lo cierto es que la virginidad significa diferentes cosas para cada persona: la mayoría piensa que alguien con vagina pierde la “virginidad” cuando tiene sexo vaginal (pene-vagina) por primera vez. Para otrxs la "virginidad" se pierde al tener otros tipos de sexo, como el sexo oral o anal. Pero, hay otrxs que creen que un himen intacto es prueba de ser "virgen". Esto simplemente, ¡no es cierto!
Resulta que, técnicamente, el himen es una membrana delgada que está en la entrada de tu vagina, pero que por lo general tiene un agujero por donde pasa la menstruación y otros fluidos. Además, se estira fácilmente y muy rara vez cubre toda la entrada de tu vagina. Cuando tienes sexo vaginal por primera vez, el himen se abre y a veces se puede rasgar un poco, por lo que puede salir algo de sangre. Sin embargo, hay muchas personas que no sangran durante su primera vez, o que sangran cuando hacen otras cosas diferentes al sexo como por ejemplo, montar a caballo, bicicleta, practicar ciertos deportes o usar un tampon. Asi que el tener un himen rasgado o abierto no significa que hayas tenido sexo. Conclusión: tener himen y ser “virgen” son cosas diferentes.
La edad, la autonomía y el consenso:
Más allá de lo que crean tu padre, madre y/o cuidadorx, es importante que con todo este tema del sexo por primera vez, cuándo y con quién tenerlo, tengas en cuenta que decidir iniciar tu vida sexual implica bastante responsabilidad de tu parte. Finalmente se trata de tu cuerpo (y del de la otra persona) y tu salud. Tener una vida sexual activa tiene riesgos como los embarazos no planeados y las infecciones de transmisión sexual (ITS). Por eso (y aquí sí voy a sonar a mamá o papá), es importante que te informes y protejas. Mamá y papá pueden hacer hasta lo imposible por cuidarte, pero la realidad es cuando de sexo se trata, tu salud está en tus manos. El sexo más seguro y el consenso son la base de una vida sexual sana. También es importante el tema de la edad, pues dependiendo del estado donde vivas, la edad legal para decidir tener sexo es diferente. Entonces infórmate y recuerda que, no es necesario apresurarte: las oportunidades para tener sexo, ¡van a ser muchas!
La comunicación:
Como dije al comienzo, creo que la situación con tu madre y padre antes que un camino sin salida, puede ser una oportunidad para construir una comunicación abierta y de confianza sobre tu salud sexual, responsabilidad y autonomía. Claro, depende mucho de tu edad. La verdad es que más temprano que tarde y gústele o no a mamá y papá, estarás decidiendo sobre tu cuerpo y sexualidad. Mejor prepararte desde ya y armarte de paciencia, tratar de entender el punto de mamá y papá, comprender su creencias (y religión), y recordar que en el fondo, más allá de los desacuerdos, lo importante es el objetivo en común: que estés sanx y bien. Háblalo con calma, sabiendo que quizá se necesiten muchas conversaciones al respecto, y…dales tiempo para pensar y procesar. Para más consejos sobre cómo hablar con tus padres sobre sexo, checa este blog.
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